
Esto es lo que afirman ellos.
Suspiros cortando el aire.
Promesas de amor eterno.
Una pasión que no mate.
Un cielo sin un infierno.
Dos habitantes de un mundo
ajeno, aislado, exento.
Únicos asuntos dignos
de llamarse poéticos.
"Hay momentos en la vida en el que un hombre razonable debe admitir que ha cometido un error terrible... lo cierto es que yo nunca fui un hombre razonable".